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¿Tener confianza con alguien te da “derecho” a herirlo?

responsabilidad afectiva

Lo que decimos importa. Y cómo lo decimos… también. Hablemos de la responsabilidad afectiva. 

Actualmente es frecuente escuchar frases como “lo que nos sucede nos afecta según cómo lo interpretamos” y esta frase tiene algo cierto: nuestras creencias y formas de pensar influyen en cómo vivimos lo que nos sucede. Sin embargo, cuando entramos al terreno de las relaciones humanas  hay algunos elementos que debemos considerar.

Frases como no es lo que te dicen, sino cómo te lo tomas suelen pasarse por alto un elemento muy importante: cómo te lo dicen.

En relaciones cercanas (de pareja, familia o amistad), muchas veces se asume que la confianza da permiso para hablar sin filtro, incluso de forma hiriente haciendo comentarios como “yo hablo así”, “tú sabes que no lo digo con mala intención”, o “te lo estás tomando como no es”, “estás muy sensible, no se te puede decir nada” y sin darnos cuenta del impacto que tienen nuestras palabras, terminamos maltratando verbalmente a otros.

Podemos entender que a una persona le cueste expresarse con claridad y amabilidad. Pero eso no justifica que lo haga en un tono violento, irónico o desde el desprecio. Ser cercano no da derecho a ser hiriente.

Aquí es donde entra un concepto clave para construir relaciones sanas: La Responsabilidad Afectiva.

Y ¿qué significa la responsabilidad afectiva?

Ser responsable afectivamente significa ser consciente de cómo nuestras acciones, palabras y decisiones afectan a los otros. No se trata solamente de evitar hacer daño, sino de actuar desde el respeto, la empatía y la coherencia emocional.

Implica:

  • Poner límites.
  • Expresar lo que sentimos y necesitamos.
  • Cuidar de nosotros y cuidar del vínculo con el otro

Es tener conciencia de:

  • No manipular.
  • No invalidar
  • No hacer promesas vacías
  • No descuidar los vínculos afectivos importantes.

Supone tener la madurez de decir la verdad de forma cuidadosa y hacerse cargo del efecto que producimos en el otro.

La Responsabilidad Emocional no es: 

Cargar con las emociones de otros ni someterse a todo lo que el otro quiera para evitar conflictos.

Y ¿qué pasa cuando no somos responsables afectivamente en nuestras relaciones?

 Tendemos a invalidar lo que siente la otra persona.

  • Dañamos la confianza.
  • Generamos confusión, desgaste y malestar.

En esa dinámica, las personas suelen sentirse poco escuchadas y poco valoradas por nosotros, lo que lleva a tener conflictos frecuentes e incluso rupturas.

Y ¿cómo puedes reconocer si en tu relación de pareja existe o no la responsabilidad afectiva?

Con responsabilidad afectiva:

  • Se escuchan activamente sin juzgar, aunque no estén de acuerdo.
  • Son claros con lo que quieren y con lo que esperan del otro.
  • Validar las emociones del otro.
  • Asumen consecuencias de los propios actos.
  • Cuidar la forma en que se dicen las cosas.

 Sin responsabilidad afectiva:

  • Minimizan o menosprecian lo que la otra persona siente u opina.
  • Dicen una cosa y hacen otra.
  • Llaman “exagerada” o “sensible” a la pareja.
  • Si hieren a la pareja luego lo culpan por ello.
  • Gritan, ignoran o castigan con el silencio cal otro.
Veamos algunos ejemplos concretos:
  1. Infidelidad:

❌ Si mi esposa(o) sufre porque tuve esa relación, es su problema. Yo me disculpe con ella (él).

✅ Entiendo que lo que hice ha generado dolor a mi pareja, estoy dispuesto(a) a asumir las consecuencias de mis decisiones.

Discusión de pareja:

❌ Yo hablo así. Tú me haces gritar. Yo soy así, si te molesta vete.

✅ Entiendo que mi forma de expresarme a veces puede herir, quiero aprender a comunicarme mejor.

Poner límites personales:

❌ Dije que sí pero yo no quería, tú me obligaste y eso me molesta.

✅ Reconozco que acepté hacerlo aunque no estaba de acuerdo. Necesito aprender a poner límites de forma clara.

Compromiso familiar:

❌ Dije que iba a ir, pero al final no me provocó. Tienen que entender.

✅ Sé que no avisé que no podía ir y que esto pudo generar molestias, la próxima vez lo comunicaré a tiempo si no puedo asistir.

¿Te identificas?

Si te sientes identificado con algunos de estos ejemplos, bien sea porque tu pareja te hable de esta manera o porque tú te expresas así, es importante reconocer el patrón y correjirlo.  La confianza no justifica la falta de respeto. Tener vínculos cercanos no nos da permiso para herir, invalidar o responsabilizar al otro por lo que hacemos o decimos ni le da derecho al otro de hacerlo con nosotros.

Si queremos vínculos más sanos, empecemos por revisar nuestras formas de vincularnos.

Recuerda que: Lo que decimos importa. Y cómo lo decimos… también.

Y tú, ¿estás siendo la persona que te gustaría tener a tu lado?

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Acerca de Nancy Marchan

Licenciada en Psicología egresada de la Universidad Catótica Andrés Bello, con experiencia laboral en el área de Seguridad Industrial y Salud en el Trabajo y formación en el área de Psicología Ocupacional.

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