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¿Cómo colocar límites saludables en tus relaciones personales?

limites saludables

Establecer límites saludables puede parecer un reto, sobre todo si tiendes a complacer a otros o si actúas priorizando las necesidades de los demás por encima de las tuyas. Veamos algunos ejemplos de situaciones que pueden haberte ocurrido y que denotan qué tan difícil es para ti colocar estos límites. En la medida en que estas situaciones sean frecuentes, es más probable que se te haga más difícil establecer límites saludables.

En el trabajo:

  • ¿Cuándo un compañero te pide ayuda terminas haciendo su trabajo, incluso cuando ya tenías tus propias tareas pendientes?
  • ¿Tomas responsabilidades adicionales porque te da pena decir que NO aunque estés sobrecargado con tus propias actividades?

Con tu familia:

  • ¿Cuándo un familiar te pide dinero prestado lo haces, aunque no quieras por miedo o pena a que te critique o que se moleste contigo si no lo haces?
  • ¿Sientes la obligación de asistir a una reunión familiar, sólo porque te insistan, aunque preferirías no ir porque ya tengas otros planes?

Con amistades:

  • ¿Cuándo un amigo te pide un favor que no quieres o no puedes hacer, lo haces para que no se moleste contigo o no deje de hablarte?
  • ¿Te dejas llevar por el plan de otras personas, aunque tú quieras hacer algo diferente, sólo porque estás en un grupo y te sientes presionado?

Con tu pareja:

  • ¿Cedes en una discusión con tu pareja sabiendo que tú tienes la razón, sólo para evitar un conflicto y que no se moleste contigo?
  • ¿Has hecho algo que no te gusta sólo para complacer a tu pareja por no querer tener una discusión y luego te sientes vulnerado o manipulado?

Contigo mismo:

  • ¿Cuándo alguien necesita algo de ti, dejas de hacer tus actividades renunciando a tu tiempo personal?
  • ¿Postergas actividades que son para tu descanso o tu recreación cuando amigo o familiar te pide ayuda con algo que no es urgente?

Mientras más frecuentes son este tipo de situaciones en tu vida, más difícil se te hace poner límites y muy probablemente te coloques en una posición vulnerable a ser abusado, manipulado y maltratado. El problema con colocarnos en esta posición es que las consecuencias que trae son muy negativas, ya que puede afectar no solo tu bienestar emocional, sino también tu autoestima, creando un ciclo de desvalorización en el que te sientes menos merecedor de respeto e incluso afecta la calidad de las relaciones que establecemos sintiéndonos vulnerables e incluso en muchos casos con un resentimiento hacia los demás por el trato que ejercen hacia nosotros.

Para ayudarte a trabajar en el establecimiento de límites saludables y hacer valer tus derechos, podrías hacer los siguientes ejercicios:

  1. Evalúa cómo estás ejerciendo actualmente cada uno de estos derechos en tu vida diaria. Describe de qué te estás dando cuenta al realizar esta evaluación. Es posible que no te hayas dado cuenta que tienes esos derechos y asumías responsabilidades que realmente no son tuyas. Identifica qué derechos te cuesta ejercer.
  2. Identifica en qué área de tu vida tienes dificultades de hacer valer estos derechos porque has visto que tienes límites débiles o inexistentes. Por ejemplo, piensa: ¿en qué situaciones te sientes abrumado o explotado?, ¿dónde sientes que te cuesta decir NO?, ¿con quién te sientes responsable de resolver su problema? Puedes guiarte por las emociones que sientes, por ejemplo, te sientes agotado, sientes resentimiento o irritación al pensar en una situación específica porque no has podido colocar límites.
  3. Identifica qué te viene a la mente cuando colocas límites en tu interacción con otros. Por ejemplo, puedes evaluar qué crees que va a pasar si dices que NO, si cambias de opinión, si explicas que no es tu responsabilidad resolver un problema ajeno. Una vez que identifiques esa creencia evalúa si realmente es lógica o racional. Por ejemplo: “si digó que NO me rechazarán”, evalúa que tan cierta puede ser esta creencia y de ser así qué impacto realmente puede tener para ti.
  4. Formula verbalizaciones de afrontamiento asertivas que puedas usar para establecer límites. Por ejemplo: “necesito tiempo para mí mismo los fines de semana”, “prefiero no hablar sobre este tema ahora”, “no puedo ayudarte económicamente, pero puedo escucharte si así lo deseas” “Tengo derecho a decir no cuando ya tengo otros compromisos por eso voy a establecer que mi horario laboral termina efectivamente a las 6 PM”.
  5. Experimenta de forma gradual la manera como ejerces tus derechos. Piensa cómo puedes empezar a aplicar alguno de estos derechos en tu vida diaria. Puedes iniciar con situaciones sencillas en las que se te facilite ejercer uno de estos derechos y luego a medida que vayas practicando podrías escalar su dificultad, así puedes establecer límites en situaciones de bajo riesgo para ganar confianza. Celebra los pequeños éxitos que puedas tener al establecer un límite y ejercer tu derecho.
  6. Lleva un diario de límites. Puedes hacer un registro diario de situaciones en las que estableces o no estableces límites y registra las emociones que sientes, esto te ayudará a aumentar la conciencia sobre la importancia de los límites y te ayudará a reconocer cuál de los derechos no estás ejerciendo adecuadamente, de manera que puedas tomar una acción.

Para tu bienestar emocional, salud mental y calidad de vida es indispensable que coloques límites saludables al relacionarte con los demás.

Y tú, ¿colocas límites saludables con quienes interactúas? Cuéntame tu experiencia, me gustaría leerte.

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Acerca de Nancy Marchan

Licenciada en Psicología egresada de la Universidad Catótica Andrés Bello, con experiencia laboral en el área de Seguridad Industrial y Salud en el Trabajo y formación en el área de Psicología Ocupacional.

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