¿Cómo puedo cuidar mi salud mental?
Es posible proteger nuestra salud mental a pesar de estar viviendo situaciones muy difíciles. Hay una serie de factores que protegen nuestra salud y actúan como defensa ante situaciones de riesgo o vulnerabilidad emocional, favoreciendo la gestión emocional adecuada, el manejo del estrés, potenciando nuestras propias capacidades y permitiendo que seamos más resilientes ante situaciones desafiantes.
Lo importante es saber que podemos alimentar aquellos factores que protegen nuestra salud y están en nuestro control. Por ejemplo, no podemos cambiar el hecho que hayamos crecido en un ambiente de violencia, pero podemos trabajar en el hoy para manejar de manera saludable nuestras emociones a pesar de lo que hemos vivido.
Empecemos conociendo algunos de estos factores protectores:
- Relaciones sólidas y positivas con amigos y familiares. Nos rodeamos de personas de confianza con quien hablar de nuestros problemas, que nos ayudan y con quienes tenemos demostraciones de afecto y sentimientos de amor y amistad.
- Buenas habilidades para manejar emociones. Tenemos habilidades para afrontar problemas adecuadamente, manejando la ira, la ansiedad y la tristeza, sin que tengamos dificultades o problemas por ello. Reconociendo nuestras emociones y manejando emociones incómodas.
- Buenos hábitos de salud física: cumplimos una alimentación adecuada, hacemos ejercicios físicos y cumplimos con las recomendaciones médicas según corresponde.
- Alto nivel de Autoestima: nos consideramos valiosos, con capacidad de superación y la aceptación de nuestros defectos, errores y debilidades.
- Tenemos un propósito en nuestra vida: consideramos que nuestra vida familiar, laboral y en general es importante, significativa. Comprendemos nuestros valores personales y vivimos de acuerdo a ellos.
- Podemos reconocer nuestras fortalezas y debilidades personales: tenemos pensamientos saludables, considerando nuestras capacidades, sin exageraciones, sin excesos que enfaticen nuestras fallas o problemas.
Es importante conocer cómo estos factores representan una protección de tu salud mental.
Puedes comenzar realizando una autoevaluación:
Paso 1. Evalúa en qué grado están presentes estos factores protectores en tu vida.
Factores protectores |
Calificación |
||
¿Cómo es tu relación con amigos y familiares? | Débil | Regular | Fuerte |
¿Cómo ves tus habilidades para manejar la rabia, la ansiedad o la tristeza? | Débiles | Regulares | Fuertes |
¿Cómo consideras tus hábitos de salud física? | Débiles | Regulares | Fuertes |
¿Cómo evalúas tu nivel de autoestima? | Débil | Regular | Fuerte |
¿En qué grado sientes que lo que haces en el trabajo, en tu familia, en tu vida en general es importante y va de acuerdo a tus valores personales? | Débil | Regular | Fuerte |
¿En qué grado evalúas tu capacidad para reconocer tus fortalezas y debilidades personales sin criticarte excesivamente por tus fallas? | Débil | Regular | Fuerte |
Paso 2. ¿Cuál o cuáles de estos factores han sido más útiles para ti en esos tiempos difíciles que te ha tocado vivir?
Paso 3. ¿En qué situaciones te han sido útiles?
Paso 4. ¿Qué acciones puedes tomar para fortalecer aún más los factores que te protegen y qué acciones puedes tomar para trabajar en los factores que consideras más débiles?
Paso 5. Ponte en acción.
En la medida que tengamos factores protectores de salud mental “fuertes” podemos mejorar nuestra capacidad para hacer frente a situaciones difíciles en nuestra vida. Lo importante es saber que podemos alimentar aquellos factores que protegen nuestra salud, estableciendo estrategias que nos permitan mejorar aquellos factores que hemos identificado como “débiles”.
Y tú, ¿Cuentas con factores protectores de salud mental “fuertes” o “débiles”?